En su periplo por el Mediterráneo Ulises y los suyos dieron con sus huesos en la isla de los lotófagos, llamada así porque sus moradores seguían una estricta dieta de frutos de loto, el puente a la tierra prometida del olvido, de donde nadie vuelve y de donde a nadie se ha visto regresar, porque el olvido implica la imposibilidad de regresar a nuestro lugar de origen y a nuestras raíces. Ulises se las vio y se las deseó para arrastrar hasta sus naves a los marinos de su expedición que se aficionaron a esa dieta de loto y que consiguientemente olvidaron quiénes eran, de dónde venían y que alguien les esperaba en Ítaca. La mítica isla de los lotófagos ha sido identificada tradicionalmente con la isla de Djerba en Túnez, Los Gelves en español, recuerdo de las empresas de África de la monarquía hispana en el siglo XVI.
Junto…
Ver la entrada original 606 palabras más