Por extraño que nos pueda parecer, así denominaron los árabes recién llegados a la Península Ibérica las colosales calzadas que los romanos habían dejado a lo largo y ancho de la piel del toro como testimonio más elocuente de su estadía de seis siglos. El arabismo arrecife procede del árabe hispano arraṣíf y este del ár. clás. raṣīf, empedrado.
En el Norte de España se suele llamar encachado a los tramos de calzada o carretera empedrados. En esos pagos el topónimo concha (Bárcena de Pie de Concha, Media Concha, Somaconcha, La Concha) hace referencia a un fragmento de calzada romana o las más de las veces a un camino medieval; en mi tierra a esos restos arqueológicos y a cualquier camino empedrado de cantos rodados, o cudones, se les denomina con el vocablo vernáculo encachado, voz que aparece en el DRAE con la marca lexicográfica Cantb., “propio de Cantabria”…
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