“Every word owes its existence to an individual act of creativity”, escribió en cierta ocasión Anatoly Liberman, el especialista en etimología a quien más admiro. Su sabiduría y rigor son insondables, y además sin estar reñido con la claridad y la amenidad: sus libros y los artículos que publica todos los jueves en su blog son divertidos, instructivos; no tratan de apabullar al personal. Además estoy de acuerdo con él en una de sus proverbios favoritos: no existe novela más apasionante que un diccionario. En otro artículo hablaré del último que he descubierto. Una gran novela, del aliento de Guerra y Paz.
Hoy comenzaremos este artículo con la idea de Liberman que apuntaba al principio. “Cada palabra debe su existencia a un acto individual de creatividad”. Impecable. Inmejorable. Pero sobre todo, irrebatible. Humildemente me gustaría añadir que además siempre hay una primera vez en que unos ojos humanos contemplan una…
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