Dixitque Deus: Fiat lux. Et facta est lux. “Y dijo Dios: hágase la luz. Y la luz se hizo”. La luz no siempre alumbra y su resplandor, según Amancio Prada, a veces siembra dudas, hasta el punto de que puede conmover los cimientos más profundos. Aún así la luz que separa las tinieblas del día sigue siendo la luz y el estro poético de un buen amigo. Un libro suyo da título a este fragmento melancólico. Aún la luz, como una promesa. La luz todavía.
El instante que precede a la luz primordial, la luz del alba, al alba, es el antelucano, el momento elegido por los musulmanes para su primera oración: fajr, en esa hora de “entre lobo y can” o entrelubricán en la que hay tan poca luz que no se puede diferenciar a un lobo de un perro. A esa hora se puede contemplar el lucero…
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Precisamente ayer escuche estas palabras “No te quedes a oscuras”, y me hizo pensar mucho en esa luz interior que no debemos dejar que se apague, por mucho viento que sople. Muchas gracias, la entrada es preciosa.
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