El título de este artículo es un retruécano de la expresión popular “Naranjas de la China”, que toma prestado el nombre de una de las variedades de la fruta para decir que no estamos de acuerdo con algo. Según esta expresión, pues, la fruta más común del zumo de nuestro desayuno viene de la China, pero el nombre genérico que le damos en nuestra lengua procede de la India. Su lexicografía es legión. La palabra naranja procede del sánscrito nāranga, que significa “árbol que da naranjas”, aunque tal vez fuese una palabra tomada en préstamo por los indoeuropeos de las lenguas dravídicas. En una leyenda de la India se cuenta que un elefante murió de un empacho de naranjas, por lo que la palabra sánscrita podría significar “veneno para elefantes”. Memoria de elefante, por tanto, para no olvidar lo peligrosas que pueden ser las naranjas.
El itinerario de esta palabra hasta nuestra lengua es el habitual en los casos de palabras que proceden de la India: del sánscrito al persa (nārang) y del persa al árabe: nāranj para el árbol y nāranja para el fruto. Los árabes trajeron en la Edad Media esta variedad de naranja (la naranja agria o amarga, citrus aurantium) a la Península Ibérica con su nombre árabe, que pronto se naturalizó en castellano como “naranja”, recibiendo el árbol el nombre de “naranjo”. En catalán se produjo una variación vocálica: naronja, y en portugués la –n- inicial se convirtió en –l-: laranja. En antiguo italiano la palabra que designo al fruto fue melarancio, derivado de mela, “fruta”, y arancio, “naranjo”. Desde Italia el árbol y la fruta fueron introducidos en el sur de Francia, en la zona de Orange, y por influjo del nombre de esta ciudad la –o- reemplazó a la –a- inicial su nombre se tradujo como pume orenge. Desde allí las naranjas, aunque no los naranjos, llegaron a toda Europa, y es el término francés el que goza de más fortuna, dando lugar a muchas variantes locales, como la orange inglesa.
Sin embargo, la historia lexicográfica de los cítricos no termina ahí. En el siglo XVI los portugueses trajeron a las costas del sur de Portugal y a sus posesiones del norte de África nuevas variedades de cítricos desconocidas hasta entonces. Estas variedades traídas desde las posesiones asiáticas de Portugal eran muy similares en aspecto a la naranja amarga que llegó con los árabes, pero su sabor era mucho más dulce.
Y a estas nuevas especies hubo que darles nombre: laranja da China (citrus sinensis Osbeck), que pasaría al español como “naranja de la china”, y laranja tangerina (citrus reticulata), porque fue en Tánger, entonces posesión portuguesa, donde se aclimató. Esta variedad se llamó en España “naranja mandarina” o “mandarina” y en Inglaterra tangerine. En catalán se ha conservado naronja para la naranja amarga y a la dulce se le ha dado el nombre de taronja, En portugués moderno a la naranja amarga (aurantium) se la denomina laranja azêda o laranja amarga, mientras que las variedades más modernas reciben los nombres de laranja (citrus sinensis) y tangerina (citrus reticulata).
China, Orange, Tánger y también Portugal, pues en árabe se denomina bortuqāl a la naranja dulce en honor del país que las aclimató al clima de Tánger. Un homenaje que también se le ha rendido en griego moderno, lengua en la que también se conoce a esta fruta como portokalos. Y en árabe dialectal marroquí. En el rompeolas de Rabat, en el Reino del Ocaso, descubrí deslumbrado que así lo llaman también por aquellos pagos cuando tras pedir, en francés, un zumo de naranja para mí y otro para Moi, le pregunté a Abubakr, mi amable informante: “¿Cómo se dice en arabiya Portugal?”. “Bórchocal”, repuso. “Por tanto, dedujo el autor de estas líneas, esto es zumo de… Bórchocal”.
Aunque las naranjas, al menos por la palabra que las designa en nuestra lengua, de la India.
Obrigado pelo artigo Nicanor.
NO MUSEU DE MACAU EM LISBOA: “A China Ming, através de portugueses e de espanhóis, absorveu rápidamente alguma flora de origem sobretudo americana e muito em especial, o amendoim, a batata doce, o milho maiz e o tabaco.
A China Ming absorbe a batata doce e o milho maiz em especial pelas províncias de Guandong e do Fujian. Também o tabaco começa por ter sucesso, a partir dos anos de 1590-1600, nas províncias de Guandong, Fujian e Zhenziang.
Macau é um dos pontos centrais de introdução na China de toda uma variedade de outras plantas como, a batata, a mandioca, o pimentão, a papaia, o tomate, a goiaba, o cacauoeiro, e varios legumes: feijão verde, couve, alface e o agrião que, ainda hoje, em cantonense, é denominado “legume dos mares do ocidente”.
Da China para a Europa, por via de Macau, chega o ruibarbo, o aipo, o chá e talvez mesmo, novas variedades de laranjas anãs/tangerinas.
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