De cinco en cinco, método natural y espontáneo de contar, pues cinco son los dedos de la mano. Y si sumamos los dedos de estos dos ábacos naturales que son las manos ya estaríamos ante el latido inicial del sistema métrico decimal. Hoy nos detendremos en las cuentas con los dedos de una mano. De cinco en cinco.
Cinco eran los años de los que consta un lustro, cultismo renacentista que procede del lustrum de los romanos, palabra que significa “limpio”, “puro”, en referencia a la ceremonia de lustración o purificación que uno de los censores realizaba cada cinco años.
El DRAE nos informa de que quiñón es una “parte que alguien tiene con otros en una cosa productiva, especialmente una tierra que se reparte para sembrar”. La palabra procede del latín quinio, que es precisamente “un grupo de cinco”. Un origen parecido tiene quintana, del latín quintana, “una casa de recreo en el campo, cuyos colonos solían pagar por renta la quinta parte de los frutos”. Este topónimo, o microtopónimo, es muy común, con sus múltiples variantes, en gran parte del norte de la Península Ibérica. La actual edición del DRAE modificó esta palabra, añadiendo un par de acepciones, “caserío en el campo o en una aldea” y “espacio situado delante de una casa o de varias” precedidas del marbete Ast. (“voz asturiana”). ¿Será que en Cantabria, por ejemplo, no hay quintanas o pueblos llamados “Quintana”? Sé de muy buena tinta que en mi tierra natal hay pueblos llamados así. Uno de ellos es muy importante para mí.
Cambiando de aires, de lenguas y de continentes, el Punjab es una región del subcontinente indio hoy dividida entre Pakistán y la Unión India. Su nombre procede del hindi panjab, del persa panj, “cinco”, y ab, “agua”, en referencia a los cinco grandes ríos que regaban, y riegan, esta región. Y siguiendo con La India, desde allí llegó a Inglaterra la bebida conocida como ponche. Punch viene del hindi panch, “cinco”, en alusión directa a los cinco ingredientes originales que componían esta bebida: aguardiente, agua, jugo de limón, azúcar y especias.
El cinco también está escondido en el nombre de un juego de mesa tan popular entre nosotros (hasta el punto de que cuesta pensar que no sea de origen español): el parchís. El DRAE afirma que la palabra viene directamente del hindi pacīsī, de pacīs, “veinticinco”, aunque es probable que haya llegado hasta nosotros desde Inglaterra o Francia. En todo caso, en la palabra pacis o pachis (en inglés el juego se llama parcheesi, con una –r– intrusa (o epentética, palabra que me vuelve loco) que ha llegado también al español, tal vez producto del copyright), contiene el número cinco, pues en sánscrito, al igual que actualmente en alemán, se diría “cinco y veinte”: panca, “cinco”, + vinsati, “veinte”.
¿Tenemos espacio para dedicarle un poco de atención a las palabras que recoge nuestro diccionario que comienzan con la palabra de origen griego penta (“cinco”)? Pentagrama, Pentecostés, etc. Quedémonos, para terminar, con una de ellas: pentateuco, “cinco volúmenes”, literalmente “cinco cajas”, de téukhos, “caja”, por las cajas cilíndricas en las que se guardaban enrollados los papiros de los cinco primeros libros de la Biblia: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, que se corresponden con los libros que en la Biblia hebrea constituyen la Torah o “Ley”. Continuará.