Quiero dedicar este artículo a mi querida y amada hija Genoveva Guillermina (Antonia del Carmen), cuya onomástica (de su primer nombre) se celebra hoy, miércoles 3 de enero de 2016, Santa Genoveva de París, patrona de la antigua Lutecia, de la ciudad luzz
Escribí estas líneas hace ahora más de 7 años, cuando su madre, Eva Fernández –a quien también le quiero dedicar este artículo– y yo decidimos llamarla Genoveva. Me vi en la necesidad de estudiar los orígenes y el significado profundo de su nombre. Ella es la auténtica bendición que nos ha dado la vida.
El nombre del enebro procede del latín juniperus, tal vez una combinación de las palabras *yoini, “enebrina”, “baya del enebro”, y *par-o, “que produce”, siendo el resultado “que produce bayas de enebro”. El origen podría ser también una combinación de junius, “joven” (de la raiz indoeuropea *yeu-, que significa “joven”, y de la que podría proceder *yoini), y el mismo verbo, parere, “producir”, por lo que el significado de juniperus podría ser “que produce juventud”, o “de hoja perenne”.
Este árbol, a través de sus diferentes nombres en varias lenguas, ha tenido una fecunda saga en la toponimia y en la onomástica europeas. El nombre en inglés antiguo del árbol, juniper, ha dado Juniper, Genefer, Jenefer y Jinifer. Geneva, Genève y Geneviève son variantes francesas del nombre francés del árbol genevrier. El italiano Ginevra procede, igualmente, de ginepro. Genovefa es la versión más común en Alemania de ese nombre, lo mismo que Genoveva en España.
Dos son las grandes Genovevas de esta morada meláncolica, Santa Genoveva de París, que detuvo a Atila ante las puertas de Lutecia convenciéndolo de que no pasara su caballo por encima de la pequeña ciudad romana que entonces era París, la ciudad desde la que hasta hace muy poco tiempo han venido los niños; y, por supuesto, Genoveva de Brabante, que ocupará siempre un lugar de privilegio en los corazones de los niños que fuimos un día ya muy lejano, con su bellísima historia de virtud, sufrimiento y redención, como los tres movimientos de tantos conciertos para piano. ¿Cómo no enamorarse de un nombre tan lleno de resonancias y de significados en la mitología personal hasta el punto de querer llamar a tu hija así?
En castellano también tenemos, en versión masculina, el nombre masculino Junípero (cf. Fray Junípero Serra, el franciscano mallorquín que evangelizó California y bautizó con nombres españoles sus principales ciudades: Los Ángeles, San Diego, San Rafael, San Francisco, Sacramento, etc.).
Ginebra es el nombre que recibió en España Guinevere, la heroína de la materia de Bretaña, la esposa adúltera del Rey Arturo. El nombre es de origen galés y se trata de una variante ortográfica, bastante simplificada, de Gwenhwyfar, una combinación de dos palabras: gwen, que significa “blanco” o “justo”, y hwifar, que significa “espíritu” o “hada”.
Es difícil determinar, en suma, de qué origen tiene un nombre que comience por gin–, jen– o jun–, pues puede ser otro de los frutos del enebro y por tanto proceder del latín juniperus y de sus vástagos juniper y genevrier, o por el contrario podría venir del nombre de origen galés Guinevere/ Gwenhwyfar.
La bebida alcohólica de alta graduación que conocemos como ginebra, homónima involuntaria e inmerecidamente por tanto de la heroína artúrica, se destila a partir de las enebrinas o bayas del enebro. En inglés esta bebida recibe el nombre de gin, que al igual que nuestra bebida procede de las juniper berries. Como resultado de una aféresis del nombre Juniper, en inglés tenemos el hipocorístico Nip; la expresión nip o nipper se podría traducir como un trago o un vaso de un licor: a nip of gin, o una de las tres medidas legales para servir la cerveza de barril (equivalente a la tercera parte de una pinta).
Desde la ciudad suiza de Ginebra (Genève, en francés, Genf, en alemán), cuyo nombre es otro fruto del enebro, llegó una palabra que se acabó incorporando a la mayoría de las lenguas europeas. En toda Europa hugonote es el nombre que reciben los protestantes franceses, mayoritariamente calvinistas. Lo más curioso de esta denominación es que en un principio no tuvo una índole religiosa, sino política. En la segunda década del siglo XVI el término ayguenot designaba a los patriotas ginebrinos hostiles al duque de Saboya y partidarios de la incorporación de Ginebra a la confederación helvética. Ayguenot, que más tarde sería Huguenot, problablemente se trata de una alteración del alemán de suiza Eidgenoss, que significa “confederado”(Eit, “pacto” + Genote, “compañero”), ortografía influenciada por el nombre del líder de los patriotas ginebrinos, Hugues Besançon. En Francia se comenzó a aplicar el término ayguenot a los protestantes franceses debido a que Ginebra era la ciudad calvinista por antonomasia.
En Europa, ya sea en su toponimia, en su onomástica, en su flora, en sus licores o en su entramado simbólico, como hemos tenido ocasión de comprobar brevemente, los frutos del enebro se han extendido por doquier.
Uno de esos frutos es mi hija Genoveva, con su hermoso nombre y la promesa de dicha y esperanza que es y sera ya para la eternidad para nosotros. Que Dios la bendiga y Santa Genoveva la proteja.
hola soy juan giner soy de argentina mi padre es de barcelona y buscaba la relacion entre el arbol de enebro y nuestro apellido. el enebro aparese a menudo en los antiguos escudos familiares de apellido giner. gracias al articulo que escribiste a genoveva ahora conozco el significado y parte del origen de mi apellido. saludos a tu familia un abrazo para vos y un gran beso para mi tocaya. gracias
Me gustaMe gusta
Me alegro mucho.
Un abrazo
Me gustaMe gusta