Tras varios intentos infructuosos de encontrar un ejemplar en librerías de viejo, por fin he podido hincarle el diente en la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla al libro de Peter Kemp, Legionario en España. Un título que ya de entrada conduce a engaño, pues este curioso estudiante de Cambridge pasó la mayor parte de su estadía española en los tercios de requetés. Es claro que en 1959 dicho título debía ser un reclamo bastante más poderoso para Luis de Caralt que el verso de AE Housman mine were of trouble que da título a la primera edición inglesa, en la que se recoge como lema (o mote, según la heráldica precisión de H.) el poema completo del poeta inglés, a quien llegué serendipitósamente (como sucede con la mayor parte de las cosas que merecen la pena) gracias a un poema de Jaime Siles. He aquí el poema completo:
I to my perils
Of cheat and charmer
Came clad in armour
By stars benign.
Hope lies to mortals
And most believe her,
But man’s deceiver
Was never mine.
The thoughts of others
Were light and fleeting,
Of lovers’ meeting
Or luck or fame.
Mine were of trouble,
And mine were steady,
So I was ready
When trouble came.
Me he impuesto leer este libro como purga de la legión de relatos sobre nuestra guerra civil escritos por ingleses, alemanes, franceses y norteamericanos que lucharon en el bando republicano que me he autoinfligido o me han infligido a lo largo de estos años, en particular aquellos de la educación sentimental, tan lejanos. Si otrora leí a Auden, Spender, Hemingway, Koestler, Dos Passos, Orwell, a partir de ahora, me someteré a una estricta dieta de Brasillachs, Drieu la Rochelles y Roy Campbells, quien acuñó el jocoso marbete para sus compatriotas uptherepublic de “rear-poets”, es decir, “poetas de la retaguardia”. Suponemos que se refería a que no se acercaban demasiado al frente.
Con no menos mala baba también dijeron alguna cosa Ezra Pound y Robert Graves. El primero escribió acerca de este tipo de escritores que “España es un lujo emotivo para un puñado de diletantes sin cabeza”. Graves, por su parte, señaló acerca de Auden: “Auden fue a la guerra de España como otro camarada más, lleno de ardor combativo. Como Tennyson, no vio ni un solo combate, pero al contrario que Tennyson, estuvo todo el rato jugando al ping-pong en un hotel de Sitges”.
En Mercurius Complutensis (Paleolithic Blog). 24/11/2005